Mil Colores nació hace muchos años atrás. Si bien, no tenía el nombre aún, desde chica, sentí la emoción hacia los diferentes amuletos que se presentaban en mi vida. 

Les contaré, como hace varios años atrás, mi fascinación por este proyecto nació como un simple y lindo juego de niña. A los 5 años, realicé mi primera “búsqueda del tesoro”. Recuerdo que, en mis vacaciones, visitaba el taller de mi abuela, las tiendas de mis tías, en donde se abría un mundo de formas y colores ¡maravilloso!

Jugaba a elegir piezas y diseñar todo tipo de objetos, como joyas, ropa, esmaltes y miles de objetos llamativos y entretenidos para una niña. Mi abuela tenía una taller de tejido, donde los colores de las lanas y diferentes fibras despertaban mi curiosidad, sobre todo un cajón con botones, recuerdo haber sentido que encontraba un baúl de tesoros!! y bueno crecí con la fuerza y empuje de una gran mujer como mi madre, que padeciendo una condición de bipolaridad, siempre supo salir adelante y recordarme lo fuerte, capaces y poderosas que somos las mujeres.

Recuerdo que, un verano, una de mis tías apostó por mí y por “mi talento de niña creadora” ¡Puso mis creaciones en vitrina! No olvido ese día, mi emoción, mis nervios, mi angustia por no “vender nada”. Sin duda, ese día, no sabía qué era lo que estaba naciendo. 

Luego de ese día, todos los veranos mis tías fueron empujándome a creer en mí. En lo que yo podía hacer. Se convirtieron así en las mujeres que me permitieron crecer, creer y atreverme. Yo siempre las miré con orgullo y siempre soñé con convertirme en una mujer creadora al igual que ellas. 

A los 18 años, dejé la ciudad donde nací y crecí: Temuco. Con nostalgia me despedí de esos alrededores verdes, de esas lluvias intensas que tanto me gustan y de ese cobijo que solo alguien que lo disfrutó sabe distinguir, Pero la curiosidad y las ganas de encontrar tesoros me llamaron a Santiago.

Al llegar a Santiago, estudié nutrición, algo que llamaba la atención pero no me llenaba y no me hacía vibrar, un sentimiento me guiaba a crear algo, a empezar un propio camino, en el cual me sintiera feliz, equilibrada ¡y soñadora! Y así es como, sin saber muy bien cómo hacerlo, decidí empezar con mis primeros intentos de emprender.

Aún no era consciente de mi poder interno, ¡el cual me sorprende cada vez que me conecto con él! Con el tiempo, entendí el poder que me traspasaron las mujeres de mi familia.

El emprender, me ayudó a descubrir un mundo de independencia maravillosa, de un espacio de creatividad y comunidad sana. Y así es como nació la idea de Mil Colores. Con mi proyecto, me permití creer en mí. Me permití soñar. Me permití crecer.

Y además de esto, con Mil Colores, pude conectarme con mi poder interno, el cual es invitar a las mujeres a ser conscientes de su poder creador! Quiero que, con las joyas que pueden encontrar en mi tienda, ellas encuentren amuletos llenos de intenciones positivas, en Mil Colores, encuentres joyas de plata, joyas únicas, joyas con energía.

Hoy, ya han pasado 12 años desde la creación de Mil Colores. ¡Ya son 12 años de esta comunidad! Gracias a escucharme con amor, con paciencia y con honestidad, hoy vivo en una comunidad de mujeres creativas, valientes y creadoras.

Aquí, abrimos los brazos hacia la sororidad, hacia la diversidad, hacia el respeto de nuestra belleza natural, hacia el cumplir nuestros sueños. Mil Colores, siempre fue mi sueño, siempre fue mi “búsqueda del tesoro”. Hoy, puedo decir ¡que lo encontré!

Te invito a ser parte de esta comunidad, porque si buscas un espacio de calma, respeto y creatividad, es la tuya también.

¡Encuentra tu propio tesoro aquí!