Con la llegada del otoño, comienzan a llegar los días en donde la tierra nos invita a calmarnos, a reflexionar y, sobretodo ¡a cosechar todo lo lindo que hicimos los últimos meses!
Junto al equinoccio de otoño (20 de marzo), nos sumergimos en un período de transición, marcado por la simetría entre el día y la noche, ésto lo podemos ver claramente, ya que la luz del día, es más corta, ¿verdad?
Este momento, intenso y especial, que ocurre dos veces al año, nos invita a reflexionar sobre el balance y la armonía en nuestras vidas.
Este periodo, está ligado a la energía femenina y a la conexión con la tierra. Es un momento para honrar y celebrar la fertilidad, nuestra abundancia y la renovación que nos permite vivir la naturaleza durante todos sus ciclos. Al igual que la madre tierra, nosotras nos preparamos para recoger nuestros frutos, nos sumergimos en un proceso de introspección y cosecha interior.
Es un momento para cultivar la gratitud por todo lo que hemos cosechado a lo largo del año y para abrirnos a nuevas oportunidades de crecimiento y transformación.
Durante este cambio de temporada, podemos sentir cómo la energía femenina se intensifica, recordándonos la importancia de conectarnos con nuestra intuición, nuestra sabiduría interior y nuestra capacidad para nutrirnos a nosotras mismas y a quienes nos rodean.
Que este equinoccio de otoño sea un momento de renovación, de conexión y de celebración de la energía femenina en todas sus formas. ¡Que la luz y la oscuridad se fundan en armonía dentro de ti y te guíen hacia un nuevo ciclo de crecimiento y plenitud!
Mil Colores. Joyas con Energía.